Respuestas para las Metrópolis Contemporáneas
el PAC Urbano (Programa de Aceleración del Crecimiento) del Gobierno Lula

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"L'alliance de la ville et du concept jamais ne les identifie mais elle joue de leur progressive symbiose: planifier la ville, c'est à la fois penser la pluralité même du réel et donner effectivité à cette pensée du pluriel; c'est savoir et pouvoir articuler."

Michel de Certeau
(L'invention du quotidien)


Vista de la elevación de la linea ferrea con la Rambla proyectada, en el "Complexo de Manguinhos"

Nuevas demandas

Los principios y metodologías que fundamentaron el planeamiento urbano de la modernidad, basados en la tabla rasa y la separación de funciones, como se sabe, están agotados.

Hoy existe un consenso en el sentido de que el orden social y la repetición y segregación que marcaran el siglo XX necesitan ser reemplazados por sistemas que articulen diferencias y que sean fácilmente adaptables. Sistemas articulados de funciones múltiples y organizadamente superpuestos, donde lo social y lo espacial estén intrínsecamente amalgamados, incluyendo sistemas de transporte e infraestructura pensados de acuerdo con las nuevas demandas de accesibilidad, movilidad y adecuación constante.

Hay una demanda formulada desde distintos sectores de la sociedad relativa a una reorientación de la concepción de “desarrollo”, incluyendo la sostenibilidad de las propuestas, proyectos e intervenciones, destinados a favorecer la vida asociativa y democrática a través de acciones basadas en una estrategia de articulación, mediante la creación de ambiencias de calidad a todas las escalas: del objeto arquitectónico a la manzana, al barrio y a la ciudad.

El análisis cuidadoso de lo existente y la inserción selectiva en el contexto son parámetros para una actuación mas responsable social y urbanísticamente. Hoy, junto con la calidad de diseño, se incluye la cuestión fundamental del impacto ambiental de las intervenciones y la reconsideración del factor densidad, lo que tiene que ver directamente con espacios públicos vivos y la reconversión de lugares capaces de favorecer la convivencia de las diferencias, atendiendo al mismo tiempo a las mayores urgencias.

Hoy es necesario investigar y materializar formas de organización socio-espacial y de participación popular que permitan obtener densidad con calidad, articulando lo macro y lo micro, lo público y lo privado, y lo individual con lo colectivo, ofreciendo ámbitos favorables a la vida, proponiendo nuevas formas de relación con el medio, respondiendo a las demandas del momento mediante un abordaje critico de la realidad. No se trata de "conciliación" sino de transformación.

Un buen proyecto siempre quiso, y continua queriendo, cambiar positivamente lo que existe. Hoy se precisa de una arquitectura y de un urbanismo que dialoguen con el entorno pero que a su vez sean capaces de modificar la ciudad, reconectándola.

La ciudad contemporánea tiene su territorio pautado por la lógica del capital derivado de una “economía liquida”, que contribuye a fragmentar permanentemente la estructura urbana multiplicando centralidades. La multipolarización de la mancha urbana caracteriza un crecimiento continuo con una distribución desigual de las inversiones en transporte, servicios, infraestructura y “equipamientos de prestigio”, obedeciendo a las tendencias erráticas de la producción y del consumo del capital globalizado. La catástrofe que afecta a la mayoría de las metrópolis contemporáneas es la carencia de estrategias y políticas urbanas capaces de rearticular el territorio urbano con continuidad y coordinación de iniciativas.

Por eso la dialéctica localización/deslocalización es la base de cualquier estructuración conectiva, lo que exige repensar las relaciones entre la ciudad, la urbanidad y el espacio público.

Desde el momento de la formulación del “Plano de Desenvolvimiento Urbanístico para o Complexo do Alemão” (PDU) primero (año 2002), y para el “Complexo de Manguinhos” después (año 2003) y de la posterior definición de la configuración de las edificaciones fundamentales, bien como de la “Rambla de Manguinhos” (principal evento socio-espacial del proyecto para Manguinhos), tuve la convicción de que podrían constituir piezas muy importantes para una modificación de rumbos en el abordaje de las cuestiones urbanas y sociales en Rio de Janeiro, constituyendo una nueva referencia para las grandes metrópolis no solo brasileras y latinoamericanas, sino mundo afuera. Modificación de rumbos tanto en la cuestión de la escala de la intervención, cuanto en relación con el abordaje en lo relativo a la gran complejidad de factores abarcados y su manejo como un todo, a través de la coordinación de cuatro aspectos fundamentales: programas a ser implantados, carácter de las intervenciones físicas, trabajo social y compatibilización de cronogramas físico-financieros y temporales.

El PAC Urbano: significado estratégico

Hoy la entropía urbana de las grandes metrópolis caracteriza el pasaje de estados ordenados a otros mas desordenados, y de estados inestables a otros de mayor probabilidad estática.

Este concepto de entropía nos permite imaginar dispositivos proyectuales concebidos como mecanismos de intercambio inter-escalar entre el sistema local y el meta-sistema superior, la ciudad, producidos desde ordenes estructurales (lectura de la estructura de cada lugar y "escucha" de las demandas) y conceptuales flexibles, mas que desde la decisión compositiva dirigida a reconfigurar impositivamente la realidad.

La producción de esos “esquemas de lectura” mencionados funcionan como una especie de diagnostico y de interpretación de lo que ocurre entre el lugar y su entorno, a partir de la identificación de limitaciones y potencialidades, conectando la lógica abierta del proyecto contemporáneo, con la estructura difusa e inacabada de la ciudad, permitiendo sintetizar informaciones y situaciones en proyectos capaces de reactivar el lugar.

En Rio de Janeiro en este momento se desarrolla una experiencia sin igual, de gran significación (tanto por la dimensión física cuanto por el monto de la inversión) para la implantación de políticas publicas de reconfiguración urbana, rearticulando sectores del territorio altamente problemáticos en términos sociales, urbanísticos, ambientales y de seguridad ciudadana, denominada PAC Urbano. Consiste en la movilización de saberes y actores y de redes sociales y técnicas, a partir de la inversión pública de orientación social, definida por el Ministerio de las Ciudades y conducida localmente por el Gobierno del Estado de Río de Janeiro, con la participación del gobierno municipal.

La experiencia previa de intervenciones urbanas dentro del Programa Favela-Bairro y de la formulación de los PDU para los Complejos de Alemão y de Manguinhos, permitió acumular el necesario know-how práctico y conceptual como para abordar ahora la gran escala de intervención (el Favela-Bairro actuaba principalemente en la escala media) tratando con fragmentos de ciudad de alta complejidad, donde el Proyecto Urbano establece la base de coherencia y permite la articulación entre diferentes disciplinas y tecnologías, y donde el eje de reflexión es la ciudad y sus acontecimientos, en interacción con las particularidades socio-espaciales del lugar de intervención, y un entorno amplio.

Esta forma de abordaje yendo desde lo global hacia lo local y vice-versa, permite establecer nuevos objetivos donde “proyecto integrado” de cualidad, implica al mismo tiempo derecho a la ciudad, a la urbanidad (con todos los equipamientos públicos necesarios) y al espacio publico (pensado como posibilitador de nuevos modos de relación y convivencia).

Un problema al que debe prestarse siempre mucha atención es el relativo a las formas de participación de la comunidad, buscando tornarla lo menos subalterna posible, estimulando formas de organización capaces de incluirse en el proceso con protagonismo. Este tema extremamente delicado exige una atención permanente de todos los participantes (autoridades públicas, comunidad, empresas constructoras, arquitectos, fiscales y medios de comunicación) capaces de generar transparencia y justicia social en todas las etapas de las decisiones.

Las acciones definidas por el Proyecto Urbano tienen como objetivo transformar radicalmente la situación de cada Complejo (Manguinhos y Alemão) tanto en la estructura física como en el imaginario de la ciudad, provocando reconfiguraciones, construyendo relaciones causales a través del proyecto pensado como mecanismo de determinación, utilizando una normatividad abierta.

El teleférico y el Centro Cívico proyectado para el Complejo de Alemán, junto con la elevación de la vía férrea que hoy parte el Complejo de Manguinhos al medio, y la creación de un Paseo Publico (Rambla) conectando la estación del tren al Centro Cívico, son acciones de gran escala con impacto urbano para el conjunto de la ciudad, y representan un nuevo abordaje a escala metropolitana, de las condiciones locales. El enmarañado de lo físico, lo social y lo ecológico junto con las cuestiones de seguridad del ciudadano y las problemáticas del sujeto contemporáneo, constituyen el núcleo de las articulaciones realizadas mediante la elaboración detallada de los proyectos. Considera que la inversión económica y el diseño, la ingeniería y la arquitectura, y lo social y lo político, solo pueden articularse mediante un nuevo pacto territorial que presupone la movilización de saberes y actores, de redes sociales y técnicas y un nuevo agenciamiento político productivo de los territorios atravesados por nuevos flujos de movilidad y acceso, desde nuevas condiciones propiciadas por la coordinación del poder publico en los tres niveles.

Si en general en América Latina se trata de una conjunción de la actuación del Estado con las necesidades populares, de carácter democrático y transparente (Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay, etc.) en Asia las acciones están mas basadas en la confluencia del interés del capital privado con una participación apenas mediadora del poder publico. Esto implica diferentes maneras de ecuacionar el cruzamiento de factores claves como el uso del suelo, la financiación, la tecnología, la integración urbana y la participación popular, a través de los programas.

Infraestructura y políticas publicas, y ética y estética con énfasis en la cualidad de vida son cuestiones que se anudan mediante proyectos de estructuración socio espacial que tienen en el urbanismo una interface entre numerosos participantes, tecnologías y movimientos sociales, generando nuevas alternativas para el redireccionamiento del devenir de las grandes metrópolis contemporáneas.

Espacios y relaciones múltiples, heterogéneas y discontinuas definen una condición multifacética de la urbanidad actual, expandida territorialmente y caracterizada por la combinatoria de interrelaciones entre los procesos locales, siempre singulares, y las determinaciones globales.

Las megaciudades exacerban el carácter de “ciudades dentro de la ciudad” que era la marca de las metrópolis del siglo XX; un nuevo marco de combinatorias y de redes, dinámico, fluctuante y en devenir permanente, constituye ahora un sistema de limites siempre en reconfiguración que es necesario interpretar correctamente en cada proyecto y situación especifica, usando metodologías de comprobada eficacia. Las escalas tradicionales de “la casa” (ahora definitivamente asociada a su responsabilidad urbana), la manzana (necesariamente abierta) y el barrio (con sus partes estables y otras siempre en proceso de reconfiguración) deben redefinir permanentemente su status en relación con las “áreas informales” (pobres y ricas) que caracterizan el “sprawl” contemporáneo, y con el propio proceso de reconfiguración de las centralidades impuesto por la dinámica socio-espacial del capital deslocalizado.

En este contexto las relaciones entre la célula individual, los espacios colectivos; lo público, lo privado y lo semi-privado, y la creación de “sensación de pertenencia”, son algo que debe ser pensado simultáneamente a través de proyectos capaces de realizar permanentemente el feed-back entre el todo y las partes.

Frente a la globalización y sus estrategias homologadoras es necesario radicalizar la noción de contexto. Cada proyecto exige desarrollar las particularidades culturales, topográficas, de localización, paisajísticas, estéticas y de implantación en el lugar. Donde la aprehensión se dé a través de instrumentos de analisis consistentes, interceptados con la “escucha” de las demandas.

En general, en la mayoría de las grandes ciudades de nuestro continente (y en buena parte del resto del mundo) es necesario avanzar en relación con:

- Mobilización productiva del territorio (estímulo y detección de potenciales);
   
- Creación de condiciones para la participación (con protagonismo) de los destinatários de las politicas públicas en los programas; articulación profunda con los programas de generación de trabajo y renta;
   
- Política de vivienda entendida como parte fundamental de la “construcción de ciudad”; función articuladora del Proyecto Urbano;
   
- Incorporación de servicios y equipamientos sociales de calidad (equipamientos de prestigio) en las áreas con menor IDH;
   
- Elaboración de programas para la regeneración de barrios aprovechando lo existente y con densidad suficiente;
   
- Reequilíbrio de la relación masa verde-masa construída;
   
- Actuación con seriedad, solidez y empuje en la defensa de los intereses del ciudadano; hacen falta gobiernos con sensación y efectividad de equipo.


Edificio de relocalización en el "Complexo do Alemão"

 

Jorge Mario Jáuregui